7.7.07

Nidos

Este poste se ve desde la ventana de mi depa. Los pájaros suelen hacer sus nidos ahí. Al asomarse afuera uno puede ver los pájaros tan cerca que da la sensación que podrá uno tocarlos, pero en verdad no están tan cerca, calculo que entre uno y ellos mediarán dos o tres metros.

¿Cómo se llamarán esas viguetas de hierro que forman una cruz con el poste y que sostienen las cerámicas que guían el cableado? ¿Cómo se llama la intersección donde los pájaros hacen sus nidos?... Llamaré a esa parte "cruceta".

Hace unos meses una pareja de pájaros comenzó a hacer su nido en la cruceta superior. Trajeron varitas e hilachas para tejerlo. El macho trajo el material y la hembra con el pico tejió el nido bajo sus patas. Al final la hembra se echó a empollar los huevos.

En algún momento el macho quedó enredado en una de las hilachas que fomaban el nido. Atado ya no pudo volar más y murió. Su cuerpo quedó colgado, pendiendo del nido. La hembra se mantuvo en el nido, empollando los huevos. Al final la hembra también murió empollando los huevos. ¿Por qué moriría? Quizá el cadáver del macho, en descomposición la infectó y murió enferma, tal vez el macho tendría que haberla alimentado mientras empollaba los huevos, y al no haber proveedor ella murió de hambre... tal vez murió de tristeza. El cuerpo de la hembra que se ve en la foto es ya el cadaver. Sentí mucha tristeza.

Días después, en la cruceta inferior llegó una nueva pareja. Comenzaron el mismo proceso de construcción del nido. Sentí esperanza.

Hoy por la mañana noté que ya habían nacido los polluelos.
Sus ojillos asomaban bajo la pechuga de la madre.
Abajo: la vida.
La familia nueva vive.
Dentro de poco los polluelos comanzarán a abandonar el nido.
Más abajo: más vida.
El ruido del tianguis, la gente, señoras van y vienen con sus estrías y celulitis en la piel y sus hijos regordetes y malcriados.

Arriba, los cuerpos momificados de la primera pareja.
La sensación es rara.



11 comments:

Cuquita, la Pistolera said...

Uy, qué triste crónica urbana. Lo que pasa es que deberían saber que no es recomendable construir viviendas sobre los postes de luz. Y te recomiendo no intentar tocarlos, deben estar cargados de electricidad....

Edgar Clement said...

Es que son pájaros muy corrientes.

El Frikis said...

Juar, Juar... órale don Clément, realmente triste y parádojica la suerte de estos avechuchos... pobres. te quedó suave como relato ilustrado.
Y con respecto a el post anterior no puedo resistir hacerte una pequeña observación, no obstante tu clara advertencia. Cuando dices "...a los originarios de acá se les llamé "indios", luego el patronímico para los originarios de la India, se convirtió en "hindú" ... Bueno, en este caso la palabra adecuada en lugar de "patrónimico" es gentilicio.
Un saludo afectuosos y me seguiré dando mis vueltas para ver tus interesantes y polémicos choros.

AVATAR said...

Es una mezcla de sentimientos está historia que acabas de relatar e ilustrar, que triste lo de la primera pareja de aves y las fotos de verdad son muy conmovedoras, vida-amor-muerte; componentes de una ecuación que conforma nuestra existencia, muy buen blog!
Saludos.

Edgar Clement said...

¡Whórale mi Finki-Trinki.... !

¡Chido el jalón de oreja!
Correctatum est.

Aletsé said...

u_u ............... ^_^

...

... lo que pasa con uno cuando mira por su ventana, hm?

Un abrazo.

Anonymous said...

como que casi casi quize llorar :(

Santiago said...

Me aguanto el comentario sobre el post de abajo solo por que lo pides... pero lo pongo acá. No es sobre el centro, muy del margen pero igual lo quería decir:

¿Y si les vamos diciendo indios a los de la India, y mixes, mayos, quichés, nahuas, tarahuamaras, etc a todos los demás? Por no meterlos en el mismo costal.

En realidad, creo que tengo que desarrollar más la idea, un dia de estos me hago un post al respecto

Abrazos

Edgar Clement said...

Pues, Santiago... tendríamos que ponernos a estudiarnos y conocernos. Hay gente que no distinge un mazateco de un mazahua, yo no. Es más fácil dividir todo en "nacos" y "fresas"...

¿Ponernos a estudiar nuestro país?

Nah... ¡qué hueva!

Francisco Palacios said...

Es conmovedor el relato de el acto de cetrería que hizo maestro Clement.
Reciba un amable y sincero saludo con admiración.

Anonymous said...

Me gusta la historia. Tremenda sensibilidad tras esos ciento veinte kilos de humanidad.