Ese restaurante del 'Ché Genaro' lo conocí por una mujer. Cuando fui con ella Genaro, el dueño, atendía con sillitas de esas de madera y asientos tejidos de palma, no era tan caro como hoy, aunque para mí fue una fortuna lo que se pagó. Ella, la mujer que me introdujo a los placeres del vino y la carne, conocía personalmente a Genaro, de hecho me dió la impresión que Genaro estaba algo atraído por la mujer que me llevaba al retaurante. El trato me era muy agradable y completamente distinto para lo que hasta entonces había conocido. En esa etapa de mi vida conocí muchas cosas que me eran desconocidas: catar el vino, las navidades como se ven en la tele, con árbol navideño y champaña a las 12, regalos envueltos y empanadas navideñas, el sabor de las aceitunas, por primera vez probé el caviar... ¿una vida de ricos?... no, también acompañé a estas personas al super, me dí cuenta que en México el caviar es muy barato si te vas a la Bodega Aurrerá y buscas en los saldos de latas, que la champaña se compra con antelación en las ofertas y que las cosas se guardan hasta el fin de año, que puedes comprar un brandy caro cada trimestre y te dura bastante si no te lo atiborras en la banqueta de una sentada, entendí que no es necesario ponerse hasta las chanclas para disfrutar una navidad, entendí que la vida de "burgueses", pequeño-burgueses en el caso que me atendía, pues no era lo que yo imaginaba desde Neza, que detrás de todo ese "lujo" existe una vida de orden y disciplina. Esta mujer y su familia no eran ricas pero sí muy bien administradas. De ascendencia holandesa gente muy dada al orden y al trabajo. Vivían fascinadas por México pero no adoptaron los hábitos del mexicano común.
Hubo un tiempo en que viví con la mera matriarca del clan, con la señora aprendí otras tantas cosas. Yo venía de la casa de mis padres, donde matabamos un marrano y se hacía una fiesta invitando a todo cristo. El marrano, criado a lo largo de unos años duraba un fin semana. La Señora Qvarnstorm hacía conservas, y el marrano podría durar un año. Con lo que se ahorraba se podían comprar muebles, mejorar la casa, ir al teatro o comer en un buen restaurante un par de veces al mes, o una si elegía un lugar caro. Descubrí que con un gasto ordenado se puede comer mucho mejor en casa que comiendo garnachas... y desde luego también aprendí a cocinar: a hacer estofado (me queda muy rico, por cierto), y a hacer pan.
Desde ahí viene mi pregunta:
Ese pozole hecho con tus manos es cultura. Dentro de tu bagaje cultural está conocer el proceso para preparar pozole rojo. ¿Te das cuenta que lo que hiciste lo sabe muy poca gente y mucho menos hombres?
A mí me gusta el alcohol, una cultura muy cara, por cierto. Me gustan los vinos y los buenos destilados. No me gusta el tequila ni el mezcal, el ágave me parece muy agresivo. Cuando era niño recuerdo que el tequila era para gente muy pobre, para obreros en día de fiesta. En los pueblos el mezcal y el aguardiente era para los rancheros. Ahora una botella de tequila azul puede llegar a costar lo mismo que un buen whisky... y a veces más. ¿Quién determinó eso?
Yo soy compulsivo.
Yo sí de repente salgo a la calle a comer a lo pendejo. Yo sí me he gastado 1000 pesos en un bife y una botella de vino aunque no tenga qué comer en la semana. Me he pegado borracheras en 'El gallo de Oro' debiendo la renta. Cuando fumaba me aficioné por lo que en ese tiempo eran los cigarros más caros y sólo había en Tepito, de contrabando: los 'Gitanes'. Me gustaron porque me la daba de conocedor de autos de carreras y la escudería Renault estaba patrocinada por esa marca de cigarros. Una vez estaba sin dinero y tenía dos opciones: cigarros o comida. Elegí cigarros. No tuve para comer una semana entera. Comí un menjurje de cebolla y caldo maggie, pero eso sí: fumando 'Gitanes'. No fui a pedir comida a mis padres porque me dió vergüenza.
Debería dibujar estas cosas en vez de andar dibujando angelitos y nahualitos pendejos... pero me aburre el costumbrismo.
Creo que la pobreza es cultural.
Somos pobres por ignorantes.
Cosa que aprovechan los abuzados que se dan cuenta que en Sanborn's y Wal-Mart asistirá la gente a comprar cosas que la hagan no sentirse pobre, porque comida barata hay en la Central de Abastos, e incluso en los tianguis, las verduras son más baratas que en Chedraui. Sus ganacias no derivan de la venta de artículos de primera necesidad. Se forran de dinero los bolsillos de la venta de cosas que no son necesarias.
Estas preguntas son de las que trae respuestas que podrían ser dolorosas.
Procuren no tomarla personal.