11.7.10

1988

Este es el memorioso relato de mi experiencia en el movimiento de
1988

Antecedentes.


El PRI más que un partido es una coalición de cacicazgos. La estructura social del país es feudal, medieval, y el PRI es una especie de liga de caciques que finge ser un partido moderno, pero en el fondo es eso: una coalición de cacicazgos.

En esta coalición hay una serie de reglas no escritas que sustentan su organización y gobierno: éstas reglas no escritas no se escriben precisamente porque eso delataría al PRI como un corporativo muy alejado de la concepción moderna de partido, incluso de un partido de estado, como los de los países comunistas.

Si quieren profundizar, léanse este textito de Soledad Loaeza.
O éste muy bueno de Macario Schettino,
ambos nos ilustrarán sobre éste proceso dentro del PRI
que menciono aquí nomás de refiloncito.


He oído mencionar que una de esas reglas no escritas consiste en alternar gente de estos feudos en la silla presidencial; sin embargo, previo al Consenso de Washington y sus "reformas" estructurales, nuestra condición de patio trasero de los USA ya exigía cambios en el poder que marcaban rumbos alejados de las viejas "reglas no escritas". Creo que a partir de la suscesión presidencial de 1988 se empezó a dar una Guerra Sorda dentro del PRI que se mentiene hasta la fecha e incluso ha tomado como campo de batalla a otros partidos e instituciones y en general ha marcado los derroteros de la casta política nacional.

"Cacicazgos", "Patio Trasero", "Guerra Sorda", "casta política"...
No uso estos téminos de manera arbitraria ni con el afán de burlarme de nadie. Los uso deliberadamente y con la intención de buscar definciones más precisas para lo que quiero contar.


El Presidente Miguel de la Madrid es el arranque de la aplicación de las doctrinas neoliberales en México, a la que le estorban los cacicazgos tradicionales alineados en torno al PRI y al aparato de estado durante el siglo XX.



Para el neoliberalismo resultan estorbosos los feudos sindicales, el conglomerado de cacicazgos de toda ralea aglutinados en la CNOP y en general todos estos pactos de la casta política que ayudan a mantener al país lejos de la guerra civil y cerca de una funcionalidad que garantizaba la gobernabilidad y que ya había alcanzado sus últimos trechos de desarrollo. Pero este "cambio estructural" no iba a ser fácil, para rorientar al país a un modelo neoliberal hacía falta un cabrón hecho y derecho.

Hacía falta "modernizar" al país.


Siguiendo la tradición, Miguel De La Madrid elije a su sucesor, y para sorpresa de todos, pero sobre todo para sorpresa de la camarilla a la que le tocaba el turno a la silla presidencial, el sucesor, Carlos Salinas De Gortari no es más que un riguroso Secretario de Programación y Presupuesto, alumno de De La Madrid, quien le dió clases de Economía en la UNAM y que después fue formado en Harvard. Carlos Salinas no tiene una gran prosapia entre los cacicazgos tradicionales, y uno de los cacicazgos tradicionales dentro del PRI era aquel que detentaba el linaje de aquel PNR de Plutarco Elías Calles, del Tata Cárdenas, de Ávila Camacho, y que consideraba que el turno a la silla le tocaba a alguien como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

El enojo de Cuauhtémoc Cárdenas fue mayúsculo y secundado por Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, dos personalidades emblemáticas del priísmo que darían profundidad al berrinche cardenista. Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio e Ifigenia con su gente se salen del PRI y deciden articular el Frente Democrático Nacional, denunciando la falta de democracia y el autoritarismo dentro del PRI.

¿Alguien dijo
"izquierda"?




La maestra Ifigenia Martínez hablando sobre el petróleo en los pasados debates en torno a las reformas petroleras.

El peso del apellido Cárdenas y una consigna irreprochable: democracia, hizo eco en una sociedad harta del autoritarismo priísta. En la medida en que Cuauhtémoc Cárdenas empezó su campaña para reunir bases para su Corriente Democrática (CN), la esperanza de un cambio creció de manera rápida y espectacular: empezó a gravitar la sencación generalizada de que era el tiempo de provocar ese cambio desde nosotros, los ciudadanos y con CCS al frente.

Cárdenas en la UNAM

Además del emergente movimiento popular que implicaba el crecimiento del CN también estaba Manuel J. Clouthier, un panista de Sinaloa, un político y empresario vehemente, dueño de una elocuencia que generaba simpatía e interés por sus planteamientos claros y lógicos. Por otro lado las manifestaciones de repudio hacia Carlos Salinas eran más que patentes y los rumores de estas manifestaciones se propagaban con rapidez.

Una de las anécdotas que escuché entre las señoras formadas para sacar la leche de la Conasupo decía que cuando Salinas fue a Ciudad Neza a hacer su mítin de campaña fue recibido por una lluvia de huevazos en cuanto bajó del autobús. Cuando el personal de seguridad logró calmar a las insurrectas madres de familia Carlos Salinas solo se asomó para gritar a la muchedumbre: "¡Hijos de la chingada: voy a ser su Presidente les guste o no!". El recibimiento contrastó con la efusiva acogida a Cárdenas y al escaso pero enjundioso evento de "Maquío" Clouthier. Salinas era el villano perfecto, y frente a él dos formidables contendientes.

Luego de las elecciones, Maquío y Cárdenas hiciernon frente común contra el evidente fraude electoral. La unión del PAN con las "izquerdas" para enfrentar al PRI en aquel entonces no era una broma de mal gusto.
...

El ambiente no podría ser más propicio, era generalizada la sensación de que algo importante estaba por ocurrir. Empezaba a surgir la necesidad de "hacer algo", de cooperar, de participar, de involucrarse en el momento.

En aquel tiempo, yo entrenaba Kung-Fu diariamente y diariamente recorría la Avenida Chimalhuacán. Había por todos lados paredes pintadas por todos los partidos políticos, todos anunciaban dónde estaban sus oficinas de base, pero la base más notable se encontraba justo sobre la misma Avenida Chimalhuacán y era la que pertenecía al Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, El Ferrocarril pa'los cuates, y era presidido a nivel nacional por Rafael Agular Talamantes. El Ferrocarril era antes el PST, un partido de izquierda pero considerado "paraestatal", un partido charro, pues, y que buscaba sacar provecho del apellido Cárdenas para allegarse de votantes.

Míster Rafael Agular Talamantes, líder de El Ferrocarril.
¿Qué habrá sido de éste cabrón, por cierto?

Un día decidí que efectivamente había que participar, y desconfiado como soy, enseguida pensé que el PRI haría fraude. Así decidí ser representante de casilla para, al menos desde mis posibilidades: vigilar los comicios. Sin embargo esos son cargos que se otorgan al azar a los ciudadanos, en aquel tiempo por la Comisión Federal Electoral presidida por Manuel Bartlett. Si yo quería mi lugar en la casilla tendría que ser representando a un partido. Me afilié al Ferrocarril y pedí vigilar los comicios. Lo demás fue asistir a los cursos de capacitación y estudiar lo que en aquellos tiempos era apenas un reglamento electoral. Y así, hasta el 6 de julio de 1988, día en que se celebraron los comicios.

El 6 de julio la gente acudió a votar como nunca más he vuelto a ver. La fila a ratos se extendía hasta media cuadra y nunca hubo un instante en que la casilla estuviera sola. El abstencionismo fue de un 10% en el padrón que nos tocó. En verdad que nunca, nunca en mi vida he vuelto a ver que la gente vote de esa manera.
...

2 comments:

Christian Bueno said...

Lo interesantísimo de la foto de Talamantes: la tomó el fotógrafo de los presidentes, Héctor Herrera Isunza: las fotos oficiales son de él y la última costó... ¡234 mil pesos!

Christian Bueno said...

Y el que dices que era un reglamento electoral en realidad era la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (la famosa LOPPE, expedida en el 77, con varias reformas posteriores, incluso en 87), gracias a la cual Cárdenas pudo contender bajo la figura de las candidaturas comunes, suprimidas luego del 88, revividas en el 2000 y recientemente derogadas en el estado de México, este mismo año, en lo que se conoció como la Ley Peña...