Siempre hay un roto para un descosido
Así reza el refrán. Un padrote encontrará a una puta abnegada, una mujer controladora encontrará a su mandilón, un banquero encontrará algún derrochador, un pasado de listo a su pendejo... y así.
Jovellanos dijo que "cada pueblo tiene el gobierno que se merece"...
...volvamos a mi época favorita: la conquista y colonialización de México.
Este es un cuadro que me gusta mucho:
Se llama
El abrazo, es de
Jorge González Camarena, a mi gusto, del movimiento muralista Camarena es el que tiene la postura más interesante ante la historia de México. Este otro cuadro me late también, se llama
La fusión de dos culturas y está en el Castillo de Chapultepec.
En sus cuadros no considera ni vencidos ni vencedores como resultado del choque civilizatorio que implicó la conquista. Para sanar el espíritu me parece una postura sabia porque al final los españoles que vinieron acá, mezclándose o no con los indios, al final acabaron siendo parte de México. Aunque los güeritos de Santa Fé no se mezclen con los de acá abajo, o que el más miserable de los mexicanos no genere ni un centavo en la economía, eso no quita que ambos estén insertos en el cuerpo social, en nuestro
sistema.
La historia oficial, la de los libros de texto, nos dice que la conquista fue un evento cruento. Lo fue y lo fue, de eso no quepa la menor duda, sobra documentación al respecto. Pero plantea la situación como si todo hubiera sido parte de un abuso donde las culturas mesoamericanas no hubieran tenido ninguna participación y como si los occidentales recién llegados solo hubieran tendido en la mente la masacre. Hay indicios de que si bien, esto sucedió, no todo fue tan drástico.
Vamos a irnos rapidín, no quiero ahondar mucho porque le quiero continuar con lo de los corporativos.
El top ten de los tales para cuales.
O mas bien:
Diez aspectos que intentan demostrar que en realidad somos nosotros nuestros propios enemigos, y que si alguien llega a agandallarnos es porque también nosotros nos ponemos de a pechito.
1. Cuando llegaron los españoles, al parecer los aztecas estaban en un momento en donde en todas sus dominios se fraguaba una profunda división, aunque pertenecían todas a un mismo tronco cultural, la dirigencia de los aztecas no estaba en crisis, pero no tardarían en estarlo. Tenían por emperador a Moctezuma II, hombre religioso, muy supersticioso, y al parecer bastante imbuido de un espíritu fatalista, creía en el regreso de Quetzalcóatl y quería que el fin del reinado azteca fuera lo menos doloroso posible. Cortés también muy religioso, pero muy pragmático, imbuído del espíritu renacentista también venía, como todos los españoles, crecidos por la expulsión de los moros de Granada, en la creencia de que el pueblo español era elegido por Dios para propagar la fe. Los españoles venían divididos, pero con una idea de que eran una unidad cultural, Cortés buscaba hacer una conquista limpia, entregarle al Rey la Tenochtitlan intacta. Tenemos un imperio crecido, creyéndose los elegidos de dios para triunfar, que se encuentra a otro imperio, creyendo que el fin de sus tiempos había llegado. Y ya estamos: España venía con los dientes afilados y el Imperio Tenochca andaba con la carne blanda... y si a eso le agregamos que el dominante cargaba espadas y arcabuces y el dominado cachiporras con navajitas de obsidiana...
¡Tales para cuales!
2. Ya en la colonia, los teólogos cristianos encontraron coincidencias en la mitología mesoamericana y las fueron empatando con la mitología crsitiana: La cruz de Quetzalcóatl, el hecho de que fuera "barbado" y su crucificción se emparentaron con la cruz y crucificción de Cristo.
Quetzalcóatl crucificado.
La crucificción era un método de muerte ritual común en mesoamérica. Varias historias emparentaban con el Antiguo Testamento, la construcción y la razón por la cual la pirámide de Cholula no fue concluida embonaba perfectamente con la historia de la Torre de Babel. Por acá se tenía una relación mística y religiosa no solo con la tierra sino también con el agua, cuando los
aztec babies nacían se les ponía en agua fría para que respiraran en vez de darles su nalgadita, esta práctica fue interpretada por los monjes como una forma barbarizada del "bautismo". De hecho, hubo un momento en que la tesis era que los indios eran cristianos que habían sido corrompidos por Satán: la misión de los españoles era regresarlos al camino del bien, según ellos.
La idea del sacrificio y del suplicio corporal cazó perfecto con las prácticas de suplicio corporal de los cristianos que también gustaban de autoflagelarse. Solo hubo aspectos como el canibalismo, que fueron erradicados por los españoles, y hasta para eso se contó con la fortuna de la coincidencia: la carne de cerdo que introdujeron los españoles llenó la panza de los indios, un monje anotaba que los indios gustaban de la carne de cerdo gracias a que su sabor era muy semejante a la carne humana. El sacrificio humano se sustituyó enseguida por el sacrificio ritual de cristo, donde en la eucaristía se bebe la sangre de cristo y se come su carne. Puede decirse que ambas, tanto la cultura azteca como la española, eran culturas medio sadomasoquistas, como toda cultura primitiva... el punto, desde luego fue inmediatamente asimilado por los conquistadores que justificaron los castigos corporales a los indios como una "piadosa" forma de recuperar su fe en cristo. Los indios, rápidamente fueron asimilando los rituales católicos y los incorporaron a sus rituales ancestrales y se llegaron a incorporar tan rápido y tan fielmente que entre los mismos indios delataban a los que seguían adorando a los viejos dioses. Esto se explica por la costumbre que tenían los indios de conquistar pueblos pero sin quemar a los dioses conquistados, al final acababan conviviendo los dioses de los conquistadores y los conquistados... pero ¿qué creen? que los españoles no creían así, por eso cuando los españoles no se conformaron con poner su cruz sino que además se pusieron a romper ídolos, los indios se acaron de onda, pero ya fue demasiado tarde: ya tenían una capilla clavada en el culo. Lo que quedó fue aprovechar la idolatría católica para camuflajear a los viejos dioses, cosa que los alcahuetes curas católicos denunciaron, pero no pasaron de rasgarse las vestiduras,pues ninguno abandonaría los ingresos por limosnas y diezmos, que los indios bien pudieron interpretar como una variante de los viejos tributos a los vencedores, tan normales y comunes antes de la conquista.
Semana Santa en Taxco. Nomás por poner un ejemplo, pero también hay que ver a los penitentes que llegan a la Villa. La penitencia y el sentido de culpa católico embona perfectamente con el sentido de honra y autosacrificio indio que a la vez embonan con lo opuesto: el amor por la fiesta por parte de ambas culturas.
¿No les digo?
¡Tales para cuales!
3. Durante el mismo periodo de conquista y colonización, los indios, antes dominados por los aztecas, estaban acostumbrados a las prácticas enoteístas, es decir: convivían con varios dioses pero dando a uno mayor importancia que a los otros. Los aztecas llegaba y dominaban, pero no destruían los ídolos ajenos de los pueblos derrotados, los dejaban intactos con la condición de que le cayeran con su tributo a Huitzilopochtli. Todos sabían que era así, y si de plano veían que no podían aguantar el pago de tributo que significaba perder una guerra, deponían las armas y todo quedaba en
guerra florida, algo así como que el que no tenía para pagar el equipo de fut americano se aventaba un
tochito, y los prisioneros de guerra iban a parar a la piedra de los sacrificios. A veces los pueblos hacían alianzas para enfrentar a los aztecas y no salir tan raspados de lo que ya de antemano era una guerra en desventaja. Quizá eso es lo que pensaron los indios cuando llegaron los españoles, que al final les acabarían dando tributo a cambio de liberarlos de los engorrosos tenochcas, y que al final todos sus dioses acabarían jugando a la kermés... ¡Pobres tontos ingenuos charlatanes! No sabían que los españoles se cargaban una mentalidad un poquito más radical, y cuando lo supieron: Too late, my friend!
Tan creían que así era el rollo entre españoles que la familia descendiente de Moctezuma siguió dando lata a la Corona, que al tratar ya con cristianos fieles y devotos, convertidos y bautizados, les concedía canonjías de caballeros cruzados... a ellos, no a su pueblo: y mucho menos a su raza. Cosa que no les importó, y con tal de recibir el reconocimiento que ellos creían merecido se bautizaron en el acto y se pusieron al servicio del nuevo Tlatoani:
... don Diego de Mendoza Austria Moctezuma. Éste poseía palacios en la ciudad y alrededores. Nieto del "emperador" Moctezuma, don Diego combatió al lado de los españoles en Nueva Galicia e incluso recibió de parte de Felipe II un blasón y una divisa. Pero no perdonó nunca a Cortés haber ejecutado a su padre, Cuauhtémoc, último soberano mexica.
... Pedro Moctezuma, quien fue a visitar Madrid en 1540, para "besar la mano del emperador" Carlos V y exijir una pensión.
Serge Gruzinski; La Ciudad de México, una historia. pp 246 a la 248
El libro lo encuentran en la Ghandi o en el Fondo de cultura.
MUY recomendable.
¡Chingao!
¿Y así como se quieren perredistas que no se vendan?
Y antes de pasar al punto 4, les dejo la bandera de la Nueva Galicia, que ostenta el que actualmente es el escudo de Jalisco.
Y aunque no encontré la imagen de Don Diego Moctezuma, les dejo las del Conde de Moctezuma y Tule, 32o. Virrey, que no era indio, sino español, pero se casó con la tercera condesa Moctezuma, que creo que ya era mestiza, no estoy seguro, pero pa'l caso da igual.
A este virrey le tocó publicar la autorización del consumo de pulque como bebida para los indios.
A ver si luego hallo una imagen mejorcita. Léanse su bio, es interesante.
¡Tales para cuales!
Para pasar al número
4, he de mencionar que si no he posteado más es que me han caído algunos librillos que me han estado moviendo el tapete re duro. Otro que me está removiendo el tapete es el Maestro Guillermo Bonfil Batalla y su
México Profundo. Una lectura que hay que leer con mucha atención, le tengo un par de objeciones, pero en general el cuerpo de la obra tiene puntos brillantes en su reflexión: se los recomiendo, y si ya se sabe algo de historia de México el texto es revelador. Otro libro que me está partiendo por la mitad es
Lumpen-burguesía, Lumpen-desarrollo, de André Gunder Frank; ya no existen, ni el libro ni el Maese Gunder Frank, la fotocopia que estoy leyendo me la pasó una el camarada Víctor Del Real.
¡Chale!
¡Hay tanto por aprender!